** Facultad de Historia, Geografía y Turismo
Instituto de Investigación en Historia, Geografía y Turismo

  Año 2014

  Proyecto:   Significación del turismo religioso para los canales de comercialización formales y para los centros de peregrinación.


Investigadores

Resumen

Benzonelli, María Cecilia
González, Claudina

El turismo religioso se ha constituido en un interesante motor de desplazamientos turísticos y en un nicho de mercado que gana cada vez más adeptos. Hoy día, el turismo religioso está en constante crecimiento, quizás esto se deba- tal como expresara el Nuncio Apostólico de la Santa Sede en España durante la Conferencia Internacional sobre Turismo, Religiones y Diálogo entre las Culturas- al deseo cada vez más creciente de las personas de encontrar no sólo espacios ricos en valores culturales e históricos sino también espirituales, que los ayuden a comprender e incluso a vivir, los valores del espíritu; especialmente en un tiempo donde la superficialidad del encuentro con "el otro" y la búsqueda de la felicidad se asocian con el consumismo, el individualismo, el egoísmo, alejando al hombre de su misión y su rol como centro de la creación.  Según estimaciones de la Organización Mundial del Turismo,el fenómeno del turismo religioso y de las peregrinaciones  moviliza cerca de trescientos millones de personas.  En consecuencia, esto ha generado la creación de agencias especializadas y la  reorientación de muchas otras hacia  el turismo religioso y espiritual.   Este  desarrollo alcanzado por los destinos de turismo religioso ha permitido además que las peregrinaciones recobren la notoriedad de sus orígenes, que los encuentros religiosos reúnan a miles de personas y que las rutas de peregrinación y los itinerarios religiosos recuperen su papel de unión entre los pueblos y las naciones. Esta fidelidad de los turistas hacia los lugares sagrados, ha convertido al turismo religioso en  una apuesta económica y social para los territorios, generando numerosos puestos de trabajo, ingresos de divisas o redistribución de la renta que benefician o podrían beneficiar a las comunidades de estos centros.  Así mismo, se detecta la imperiosa necesidad de planificar las actividades de peregrinación de tal forma que las mismas resulten satisfactorias para los visitantes y no alteren las normas y pautas de convivencia de la comunidad de acogida.  

El turismo religioso está en constante crecimiento, según el Nuncio Apostólico de la Santa Sede en España durante la Conferencia Internacional sobre Turismo, Religiones y Diálogo entre las Culturas este crecimiento puede ser causado por la necesidad de las personas de encontrar no sólo espacios que los ayuden a comprender sino también a vivir, los valores del espíritu; especialmente en un tiempo donde la superficialidad del encuentro con "el otro" y la búsqueda de la felicidad se asocian con el consumismo, el individualismo, el egoísmo, alejando al hombre de su misión y su rol como centro de la creación.

Según estimaciones de la Organización Mundial del Turismo, el fenómeno del turismo religioso y de las peregrinaciones  moviliza cerca de trescientos millones de personas. En consecuencia, esto ha generado la creación de agencias especializadas y la  reorientación de muchas otras hacia esta modalidad. Esta fidelidad de los turistas hacia los lugares sagrados, ha convertido al turismo religioso en una apuesta económica y social para los territorios, generando numerosos puestos de trabajo, ingresos de divisas y redistribución de la renta que benefician o podrían beneficiar a las comunidades de estos centros receptores. Por tal motivo, se detecta la imperiosa necesidad de planificar estas actividades de tal forma que las mismas resulten satisfactorias para los visitantes y no alteren las normas y pautas de convivencia de la comunidad de acogida.

Se ha considerado muy oportuno avanzar en la caracterización de este fenómeno que sintetiza aspectos propios de la religiosidad e incorpora elementos de la dimensión turística. En este contexto, la investigación se propone alcanzar los siguientes objetivos:

§         Conceptualizar y definir los alcances del término turismo religioso.

§         Conocer cómo se comercializa esta modalidad turística en la Argentina y cuáles son los destinos más promocionados y/o vendidos del país y del exterior.

§         Relevar si existen agencias especializadas dedicadas exclusivamente a este segmento o el turismo religioso sólo constituye un elemento más de su cartera de productos.

§         Investigar las características del comportamiento de viaje de este tipo de turistas/peregrinos y cómo influye la calendarización de los eventos religiosos en la estacionalidad/elasticidad de la demanda.

§         Examinar las acciones llevadas a cabo por los organismos/entes privados/públicos del sector respecto a la promoción y comercialización de este producto en los últimos cinco años.

§         Indagar respecto de las acciones tendientes a mitigar los efectos negativos en los residentes como consecuencia de las concentraciones que devienen de las peregrinaciones. 

Se realizó una búsqueda bibliográfica que permitirá dimensionar el fenómeno y caracterizarlo. Así mismo se concretaron entrevistas en profundidad a los siguientes especialistas en la temática:

·        Ministerio de Turismo de la Nación, Lic. Mariana Pérez Márquez, Directora de Desarrollo de la Oferta; Lic. Pamela Resnik, Coordinadora de Desarrollo de Productos Turísticos y Claudia Boente, Referente Técnica de Turismo de la Fe.

·        Pastoral del Turismo Argentina, Marcela Villares.

·        Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Soraya Chaina, Gerente Operativa de la Dirección de Desarrollo y Competitividad de la Oferta.

·        Comisión de Turismo de la Fe, Santiago Cano, Secretario.

·        Basílica Nacional Nuestra Señora de Luján, Leonardo Ferrari, guía.

Se propone entrevistar a:

·     María Fernanda Otero, Coordinadora de Turismo Religioso del Gobierno de la Provincia de Buenos Aires.

·     Representantes de agencias de viajes especializadas en turismo religioso.

Se realizará una encuesta/entrevista con actores públicos y privados y vecinos de dos comunidades de la Provincia de Buenos Aires que se tomarán como casos testigos: San Nicolás y Luján, incluyendo en ambos municipios: 

·     Dirección/Secretaría de Turismo Municipal.

·     Representantes del santuario, del sector hotelero y del sector gastronómico

·     Santeros

·     Comerciantes

·     Vecinos.

Para finalizar el relevamiento se tomará una muestra de la demanda de turismo religioso para poder caracterizarla cualitativamente.

 

Cronograma lineal de tiempo propuesto para el cumplimiento de las actividades de investigación

 

Tareas:

1.      Búsqueda bibliográfica.

2.      Investigación de la oferta (agencias y otras formas de comercialización).

3.      Entrevistas en profundidad a:

a)    especialistas en turismo religioso,

b)    referentes del sector privado (agentes de viajes),

c)     representantes del sector público y privado de Luján y San Nicolás,

4.      Encuestas:

a)  a la demanda

b)  a los residentes de Luján y San Nicolás.

5.      Análisis de la información recopilada.

6.      Redacción del informe.

Instituto de Investigación en Historia, Geografía y Turismo

(R.R. 577/12)

 

SIGNIFICACIÓN DEL TURISMO RELIGIOSO PARA LOS CANALES DE COMERCIALIZACIÓN FORMALES Y PARA LOS CENTROS DE PEREGRINACIÓN.

 

 

Director: Lic. María Cecilia Benzonelli

Investigador Principal: Lic. Claudina González

Investigador Adjunto: Lic. María Cecilia Simeone

 

Evaluador: Lic. María Lorena Villamayor

 

 

 

 

 

 

Resumen

 

El Turismo Religioso se ha constituido en un interesante motor de desplazamientos turísticos y en un nicho de mercado que gana cada vez más adeptos. 

 

Hoy día, el Turismo Religioso está en constante crecimiento, quizás esto se deba - tal como expresara el Nuncio Apostólico de la Santa Sede en España durante la Conferencia Internacional sobre Turismo, Religiones y Diálogo entre las Culturas en 2007- al deseo cada vez más creciente de las personas de encontrar no sólo espacios ricos en valores culturales e históricos sino también espirituales, que los ayuden a comprender e incluso a vivir, los valores del espíritu; especialmente en un tiempo donde la superficialidad del encuentro con "el otro" y la búsqueda de la felicidad se asocian con el consumismo, el individualismo, el egoísmo, alejando al hombre de su misión y su rol como centro de la creación.[1]

 

Según estimaciones de la Organización Mundial del Turismo, el fenómeno del Turismo Religioso y de las peregrinaciones moviliza cerca de trescientos millones de personas.

 

Esta fidelidad de los turistas hacia los lugares sagrados, ha convertido al Turismo Religioso en una apuesta económica y social para los destinos, generando puestos de trabajo, ingresos de divisas o redistribución de la renta que benefician o podrían beneficiar a las comunidades de estos centros.

 

En consecuencia, la potencialidad del Turismo Religioso invita a los estados a trabajar en pos de su desarrollo a través del afianzamiento y/o desarrollo de nuevos destinos y de la capacitación y concientización de los actores involucrados.

 

Así mismo, se detecta la imperiosa necesidad de planificar las actividades de peregrinación de tal forma que las mismas resulten satisfactorias para los visitantes y no alteren las normas y pautas de convivencia de la comunidad de acogida.

 

 

Palabras clave: Turismo Religioso- Fe- Motivación- Peregrinación- Lugares sagrados- Espiritualidad.

 

 

Introducción

 

El Turismo Religioso ha adquirido, en los últimos años, tal relevancia que se transformó en un fenómeno que merece ser estudiado en profundidad. La Conferencia Internacional sobre Turismo, Religiones y Diálogo entre las Culturas, celebrada en España en 2007, establece que el Turismo Religioso puede adoptar las siguientes formas: peregrinaciones, encuentros religiosos y caminos de peregrinación. Otros, incluyen también la visita a templos, santuarios y demás expresiones del arte sacro como otras formas de Turismo Religioso.

 

La peregrinación es la forma más usual del Turismo Religioso. La Santa Sede (1998) en su documento sobre el Peregrinaje, define a la peregrinación como "un viaje emprendido por motivos religiosos a un lugar que se considera sagrado por actuar allí de una manera especial Dios u otras deidades, para realizar allí  determinados actos religiosos, de devoción y penitencia".

 

La peregrinación es entonces un acto de fe, que va unida a la oración, la penitencia y otras formas de culto que se practican durante el viaje y en el lugar sagrado. Su motivo es sobre todo de carácter religioso y su deseo es la llegada al lugar sagrado.

 

Si bien algunas religiones integran esta práctica (como la cristiana católica y ortodoxa, la budista, la judía, la musulmana) en otras no existe como tal, sin embargo, sus adeptos se desplazan hacia los lugares emblemáticos de la historia de sus correligionarios. 

 

A modo de ejemplo podemos mencionar las peregrinaciones que los seguidores del hinduismo realizan al río Ganges, el río santo, que los purifica del pecado. Los budistas que se dirigen en peregrinación a lugares que Buda santificó en su propia vida. 

 

Los cristianos, en cambio, acuden a lugares santos en los que Dios se ha manifestado, aquéllos que están vinculados a la vida, pasión, muerte o resurrección de Jesucristo y a la obra de los Santos. Sin embargo, la mayoría de los lugares de peregrinación del cristianismo están relacionados con el culto a la Virgen María.

 

De acuerdo a lo expresado en el Documento de la Organización Mundial del Turismo (OMT) surgido de la Conferencia Internacional sobre Turismo, Religiones y Diálogo entre las Culturas, celebrada en España en 2007, hoy en día las peregrinaciones evolucionaron respecto a las de antaño. Esto es así puesto que incorporan ¨otros elementos de distracción y educación que responden a los intereses de la población del siglo XXI." (p. 207).  

 

Así, se observa que los volúmenes de participación aumentan considerablemente año tras año, generando en muchos destinos récords de afluencia.

 

Los encuentros religiosos son grandes eventos que se organizan en función de un acontecimiento determinado y se caracterizan por poseer un carácter festivo además de religioso. Los mismos están presentes en todas las creencias y en todas las tradiciones y se caracterizan por atraer a cientos de miles, e incluso -en algunos casos- a millones de participantes, de esto se desprende la complejidad de su organización. 

 

Claros ejemplos de encuentros religiosos son: el Jubileo, la Semana Santa en Sevilla, la Romería del Rocío en España, los Congresos Eucarísticos, Ecuménicos, las visitas papales, las canonizaciones, etc.

 

Los caminos de peregrinación y los itinerarios religiosos se han convertido en productos turísticos que permiten una ordenación temática del territorio e inciden significativamente en el conjunto de las comunidades que atraviesan. El más famoso de estos caminos es, sin duda, el Camino de Santiago, el cual ha sido declarado por la Unesco Patrimonio de la Humanidad; Itinerario Cultural Europeo por el Consejo de Europa y ha recibido el título honorífico de Calle Mayor de Europa.

 

Este gran auge ha generado la creación de agencias especializadas y la  reorientación de muchas otras hacia el Turismo Religioso. Sin embargo, la falta de estudios estadísticos y la insuficiente información hacen muy difícil medir el impacto y la importancia de este tipo de turismo. Otra de las razones que complejiza esta estimación es la no disgregación entre el turismo estrictamente religioso y el cultural.

 

Más allá de las dificultades que se presentan en la ponderación de sus impactos, puede afirmarse que el Turismo Religioso es un excelente instrumento para el diálogo de las culturas y las religiones, capaz de dar un impulso formidable al desarrollo sostenible funcionando, además, como una valiosa herramienta para tomar conciencia de la importancia de salvaguardar el patrimonio.

 

En Argentina el Turismo Religioso tiene una gran potencialidad y si bien se ha avanzado en esta temática  aún queda mucho por hacer. Gonzalez Viaña (2013) señala que la mayoría de los centros religiosos se han desarrollado espontáneamente, por la fe de la población y las necesidades de los peregrinos pero que carecen de una infraestructura y equipamiento turístico que inviten a los peregrinos a permanecer en ellos más de un día. 

 

Pese a todas estas limitaciones y obstáculos el Turismo Religioso en el país está en evidente crecimiento y destacándose como un producto diferenciado entre las diversas prácticas que forman parte del complejo universo de actividades consideradas turísticas. La designación del Papa Francisco ha sido también un agente movilizador que permitió redescubrir el patrimonio cultural y religioso de la Argentina.

 

Puesto que esta tipología turística necesita de una gestión y una planificación  eficaz, es que los organismos públicos, asociaciones privadas y entes mixtos  han llevado a cabo interesantes acciones en los últimos años respecto a su desarrollo, gestión y comercialización.

 

La necesidad de un trabajo mancomunado e interdisciplinar trajo aparejada la aparición de nuevos actores en escena. Un ejemplo claro de ello fue la creación de la Comisión Argentina de Turismo de la Fe, que permitió por primera vez,  lograr una sinergia entre el sector público y privado.

 

También la Iglesia Católica inició un proceso de acercamiento al sector turístico.  La Pastoral del Turismo, dependiente de la Comisión Episcopal Argentina logró tras sucesivas reuniones con el sector privado y público la conformación de un grupo denominado "Gente de Turismo" que logra aglutinar en un mismo espacio a los referentes más destacados de ambos grupos.

 

De todos modos, si bien el desarrollo de la actividad conlleva múltiples beneficios para las comunidades anfitrionas también es, en muchos casos, la causante de impactos negativos que deben ser mitigados.

 

La Organización Mundial del Turismo, redactó el informe ¨Turismo y religiones¨ con intención de brindar tanto al sector público como privado y eclesiástico ejemplos de prácticas idóneas para la gestión de las manifestaciones, los lugares y los monumentos religiosos o espirituales. Incorporando un marco de desarrollo sostenible, optimizando las ventajas para las comunidades receptoras y colaborando al diálogo interreligioso e intercultural. Asimismo, manifiesta que, ante la imperiosa necesidad de proteger los recursos y el entorno natural y cultural deben tenerse en cuenta los elementos que se transcriben a continuación:

a)     la cuantificación y la gestión de la circulación de personas durante eventos multitudinarios,

b)    el mantenimiento y la rehabilitación de monumentos religiosos y culturales,

c)     la protección medioambiental de los lugares de interés natural en los que se desarrollan los eventos religiosos de envergadura,

d)    los caminos y los itinerarios de peregrinación,

e)     la seguridad y la higiene de las personas,

f)      la buena utilización de las nuevas tecnologías de la información y de la comunicación,

g)     la promoción y el marketing de nuevos productos y servicios vinculados con este turismo.

 

La insuficiente información o la ausencia de datos fiables -que ya ha sido mencionada- en cuanto al volumen, la dinámica y las características de los movimientos del Turismo Religioso constituyen uno de los principales obstáculos para la formulación de estrategias turísticas por parte de las organizaciones públicas locales, regionales o nacionales y por los socios del sector privado o asociativo. Pocos gestores tienen no obstante una visión global del problema, y menos aún utilizan la variedad de técnicas existentes, que van desde la regulación de los movimientos en el tiempo y el espacio hasta la gestión de las esperas. Los movimientos en los lugares religiosos se gestionan en la mayoría de los casos de la misma forma que en los enclaves culturales. Para los grandes encuentros, resulta aún más difícil.

 

Ya sea que se trate de los destinos o de los operadores de Turismo Religioso, la formación es y será un elemento decisivo para el desarrollo sostenible del mismo. Esta formación comporta aspectos más amplios que la simple gestión y el desarrollo de establecimientos de turismo y de hoteles o equipamientos del patrimonio cultural.

 

Debido a sus dimensiones y sus diversas formas el Turismo Religioso es una apuesta económica y social para los territorios. Las comunidades locales deben beneficiarse respetando la integridad física de los emplazamientos y su significación religiosa, las necesidades comerciales del sector turístico con las necesidades espirituales y religiosas de los peregrinos y los fieles. Se trata de ajustar los derechos de entrada y encontrar ingresos que garanticen la sostenibilidad de un santuario o de un monumento, así como el bienestar de las comunidades que lo gestionan.

 

 

Metodología

 

La presente investigación se propone indagar sobre la conceptualización del Turismo Religioso, las características del comportamiento de viaje de este tipo de turistas, las acciones llevadas a cabo por los organismos públicos y entidades mixtas sobre la comercialización y promoción de este producto y cómo los destinos pueden mitigar los efectos negativos que muchas veces se derivan de estas grandes concentraciones de peregrinos.

 

En este sentido y para dar respuesta a los objetivos planteados se elaboró un marco teórico a partir de la recopilación, lectura y análisis de bibliografía nacional y extranjera a efectos de dimensionar el fenómeno y caracterizarlo.

 

Luego, a fin de examinar las acciones que están llevando a cabo los diferentes organismos en el país, se coordinaron entrevistas con los siguientes referentes del sector sobre esta temática:

 

  • Mariana Pérez Márquez, Directora de Desarrollo de la Oferta, Ministerio de Turismo de la Nación - MINTUR.
  • Claudia Boente, referente técnico de Turismo de la Fe de la Dirección de Desarrollo de la Oferta - MINTUR.
  • Pamela Resnik, Coordinadora de Desarrollo de Productos Turísticos - MINTUR.
  • Fernanda Otero, referente técnico de Turismo Religioso - Provincia de Buenos Aires.
  • Soraya Chaina, Gerente Operativa, Dirección General de Desarrollo y Competitividad de la Oferta Turismo - Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
  • Santiago Cano, Secretario de la Comisión Argentina de Turismo de la Fe y Director de Empresur (Emprendimientos Turísticos del Mercosur).
  • Marcela Villares, Pastoral del Turismo - Comisión Episcopal para la Pastoral de las Migraciones y el Turismo.

 

Las entrevistas se llevaron a cabo durante los meses de julio, agosto y octubre.  La información recopilada a partir de este instrumento se procesó y se obtuvieron conclusiones respecto de la gestión y manejo de esta actividad en cada espacio jurisdiccional.

 

Asimismo, se realizó una encuesta para conocer las motivaciones de la demanda. La misma fue tomada durante el desarrollo de la Feria Internacional de Turismo que se llevó a cabo en el Predio Ferial de Palermo del 25 al 28 de octubre de 2014 y también a público en general residente de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y Gran Buenos Aires en los mesessubsiguientes.

 

En relación a la forma de comercialización de este producto se confeccionó una encuesta que fue enviada por correo electrónico a empresas de viajes y turismo de la Ciudad de Buenos Aires y del interior del país. 

 

En última instancia se entrevistaron también referentes técnicos y funcionarios de la actividad turística de las ciudades de Luján y San Nicolás -por ser los centros de turismoreligioso más demandados de la provincia de Buenos Aires- para conocer las acciones que llevan a cabo a fin de mitigar los impactos negativos que estas grandes concentraciones de peregrinos generan en el destino.

 

Los entrevistados fueron:

 

·        Marcela Abdala, Coordinadora del Área de Turismo de San Nicolás de los Arroyos.

·        Gabriel Blesa, Director de Turismo de Luján.

·        Bárbara Picabea de la Dirección de Turismo de Luján.

·        Leonardo Ferrari, Guía del Museo de Sitio de la Basílica Nuestra Señora de Luján.

 

 

Desarrollo

 

a- Conceptualización.

 

La conceptualización del término "Turismo Religioso" no es una tarea fácil, dado que su definición genera múltiples controversias y disquisiciones, tanto en su abordaje laicista como eclesiástico.

 

La mera definición de este concepto bien podría conllevar una investigación en sí misma, al observarse la dificultad de arribar a un concepto unívoco que satisfaga plenamente a todos los actores. No hay aún uniformidad de criterios respecto de su enunciación. 

 

En primer término, para entender este fenómeno, se debe recurrir a la historia de esta manifestación humana, puesto que, de acuerdo a la aseveración de Secall (2006) "el estudio de este fenómeno es -en buena medida- el análisis de cómo "ha caminado" el hombre a lo largo de la historia. Un caminar que, orientado hacia la divinidad, hacia el espacio-tiempo sagrado perdido, se convierte en un viaje "turístico" religioso, por cuanto se observa un desplazamiento fuera del marco habitual de residencia, por una motivación no ligada a la pura necesidad de subsistencia." (p. 200)

 

Tiempo y espacio; aquí y ahora: los dos ejes de la historicidad del hombre están marcados en las culturas de todos los tiempos por la dimensión religiosa de la existencia humana. En las diversas religiones existen momentos de gran significado espiritual, que movilizan a los hombres a realizar ciertas prácticas vinculadas con su fe. Así por ejemplo, el Pésaj israelita, el Ramadán islámico o el Adviento, la Navidad, La Cuaresma, la Semana Santa y la Pascua -en la liturgia cristiana-, son ¨tiempos fuertes¨ de gran significación religiosa.

 

Lo que ocurre con el tiempo, ocurre también con el espacio. Cada singular geografía tiene sus lugares sagrados que atraen a los creyentes y se convierten así en peregrinos. Los grandes espacios referenciales de las distintas religiones -Jerusalén, Roma, La Meca, los santuarios marianos de la tradición cristiana- son claros ejemplos de estos desplazamientos. Peregrinar significa marchar hacia un lugar santo, el lugar del santo y de lo santo.

 

Si nos adentráramos en la historia del turismo, observaríamos que la fe ha sido, desde tiempos remotos, un motor que ha movilizado a los hombres a emprender desplazamientos por cuestiones vinculadas con la espiritualidad.

 

El Turismo

El Turismo es un fenómeno social complejo que admite varias interpretaciones y clasificaciones, de acuerdo a la perspectiva de estudio o a la disciplina que lo aborde.

 

Trascendiendo las visiones reduccionistas e interpretando la actividad de forma integral, el turismo, según la Organización Mundial del Turismo (1995), puede ser definido como "el conjunto de actividades originadas por el desplazamiento voluntario de personas fuera de su lugar de residencia habitual, por un período superior a 24 horas, que invierten en sus gastos recursos que no provienen del lugar visitado con motivo de ocio, negocios y otros".[2]

 

El turismo es una actividad que surge con la modernidad. Asume diferentes manifestaciones y modalidades. En un principio, se trata de un derecho reservado solamente a las clases sociales más favorecidas por dos condiciones esenciales: tiempo y dinero. Posteriormente, la burguesía -a partir de la Revolución Industrial- y las clases populares -luego de la Segunda Guerra  Mundial- acceden al disfrute del ocio a través del turismo.

Motivaciones

Las motivaciones que alientan la realización de un viaje a un lugar sagrado están directamente vinculadas con intereses religiosos y/o culturales.

 

Al respecto Grunewald (1999) señala tres tipos de comportamiento que pueden adoptar los visitantes en el destino.

 

ü     En primer término, el visitante que llega al destino sólo motivado por vivir una experiencia religiosa y concluida la misma regresa a su lugar de origen. En el catolicismo, la idea de peregrinación está indisolublemente ligada a la concepción misma de la comunidad creyente. Con frecuencia el peregrino es también un promesante o alguien que acude al santuario pidiendo una gracia particular.

 

ü     En segundo lugar, el de aquel visitante que, motivado por la fe, complementa este interés dominante con otras actividades en el destino.

 

ü     Y finalmente, el visitante que accede al destino interesado sólo por los elementos culturales relacionados con la religión (visitar un templo por sus características arquitectónicas, su patrimonio artístico, etc.). Quizás este sea el grupo más discutido al momento de ser comprendido dentro del concepto Turismo Religioso como consecuencia de la delgada línea que separa el Turismo Religioso del turismo cultural.

 

La motivación del viaje  juega entonces un papel primordial a la hora de definir al turista religioso. A los efectos del presente trabajo, si la fe es una de las causas principales de la visita al lugar sagrado bien podría definírselo como tal. Por el contrario, si el interés es exclusiva o meramente cultural no serán incluidos dentro de esta clasificación.

 

Esta aclaración obedece a que hay en quienes entienden que la mera visita a un lugar sagrado -independientemente de su motivación, credo o fe- ya constituye Turismo Religioso.

 

Sin embargo, metodológicamente, resulta muy difícil conocer las motivaciones exactas de quienes se acercan a los lugares sagrados, puesto que los visitantes no son interrogados por sus sentimientos o percepciones, siendo éstas de estricta índole personal y subjetiva. Además, dicha complejidad reside también en que en un mismo individuo pueden coexistir simultáneamente múltiples motivaciones.

 

Delimitación entre peregrino y turista.

 

 

   Peregrinaje                    Turismo                         Turismo

                                                    Religioso     

a                      b                      c                        d                                e

 

Sagrado                              Sagrado- secular                            Secular

 

a- Peregrino

b- Peregrino> turista

c- Peregrino= Turista

d- Peregrino < Turista

e- Turista                                                   Basado en Valene L. Smith (1992)*

 

 

Valene Smith (1992)

                       

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 



Para la antropóloga Valene Smith (1992)[3] Peregrinaje y Turismo podrían considerarse como los extremos de una línea, a lo largo de la cual se suceden múltiples combinaciones posibles de motivaciones que dan origen a diferentes variables.

 

Se observa que en definitiva lo que diferencia un concepto de otro son los motivos que animan a realizar un viaje. 

 

En la peregrinación, la motivación es predominantemente de carácter religioso.  Es la llegada a un lugar sagrado. Va unida a la oración, la penitencia.

 

En el Turismo Religioso el lugar sagrado se visita durante el viaje aunque el turista suma a la motivación de la fe otras actividades. Se trata de un viajero polifuncional.

 

El turista sería entonces quien visita el lugar sagrado sólo motivado por cuestiones culturales al margen del hecho religioso.

 

Peregrinación y Turismo Religioso

Las peregrinaciones constituyen una de las formas -quizás la más usual- que puede adoptar el Turismo Religioso. No sería desacertado entonces calificar al peregrino como turista religioso dado que, si bien la persona que realiza este tipo de viajes lo hace motivado principalmente por la fe, no cabe duda que hará uso de los diferentes componentes del sistema turístico.

 

Vukonic (1997)[4] afirma que "este comportamiento similar de turistas y peregrinos constituye el principal argumento para que algunos estudiosos de estos temas no duden en identificar Turismo Religioso y peregrinación". (p. 109)

 

Maciej Ostrowski (2002) expresa que en definitiva, lo que diferencia un término de otro son los motivos que alientan la realización del viaje, la intensidad de los elementos religiosos que caracterizan al mismo. Sin embargo sostiene que éstos son tan subjetivos que no pueden medirse con detalle. Ostrowski se pregunta entonces si puede existir una "peregrinación pura" y ante ello sostiene que desde el punto de vista humano, siempre es preciso introducir un descanso, una pausa. El hombre que, sigue siendo hombre necesita descansar, divertirse, conocer nuevos lugares. En definitiva, y como ya se expresó, no sería erróneo llamar turista religioso al peregrino.

 

El término Turismo Religioso es de reciente creación y su utilización genera aún cierta resistencia.

González Viaña (2013) señala que muchas veces la sociedad da señales que expresan su rechazo o poca convicción en la utilización de este concepto, argumentando que venerar a Dios es algo serio como para confundirlo o mezclarlo con algo tan frívolo como es el turismo, o que lo material y lo inmaterial no son compatibles, o que no

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Palabras claves: 

TURISMO RELIGIOSO

PEREGRINACIÓN. COMERCIALIZACIÓN

COMUNIDAD RESIDENTE