Más allá del objetivo de propiciar la integración social, las Orquesta Infanto-juveniles posibilitan el desarrollo de lo que Haward Gardner denomina inteligencias múltiples. En el proyecto  de las Orquestas infanto-juveniles, se desarrolla especialmente la Inteligencia musical  rítmica, la Inteligencia interpersonal y la intrapersonal. En este sentido el reconocimiento de  las prácticas orquestales entre niños y jóvenes y la metodología de trabajo pueden generar un enlace positivo  a  capitalizar por la escuela en busca de cambios e innovaciones dentro de un contexto mayor de Política Educativa.

Este modelo formula la idea de que es el propio individuo quien, gracias a sus acciones directas, es capaz de cambiar el medio y cambiarse a sí mismo. Es resiliente aquel que busca controlar lo que hace y sabe que sus resultados dependen de sus acciones. Aquel que afronta la adversidad con optimismo, que se plantea metas realistas y que, gracias a su ejecución, se fortalece a sí mismo, porque toma conciencia de su valor como individuo.

Nuestra propuesta evaluativo de la experiencia de las Orquestas Infantiles y juveniles propone una metodología que tome en cuenta los cambios en las personas que participan de la experiencia, su crecimiento y desarrollo personal y sus impactos en los equipos de trabajo y en la Orquesta considerada como un todo y también los impactos que la experiencia produce en la comunidad en la cual se sitúa y en la región en la que participa.

Finalmente pudimos comprobar que la tarea de las OIJ alcanza varias dimensiones:

[1] Juan Pablo II. Discurso a la orquesta juvenil de la Comunidad Europea, Ciudad del Vaticano, 30 de abril de 1981