Facultad de Filosofía y Letras
Instituto de Investigaciones Filosóficas

  Año 2011

  Proyecto:  El programa de filosofía de Juan B. Alberdi. Sus derivas contemporáneas.


Investigadores

Resumen

Zagari, Ana María
Rosas, Stella Maris
Massera, Leandro Sebastìán
Lamastra, Tomás

En este informe establecemos relaciones fuertes entre el diseño que propone J.B. Alberdi sobre la población, y el modelo biopolítico que investigó M.Foucault como propio del siglo XIX en el que se opera una inversión desde el Estado hacia los ciudadanos. Esa operación puede atribuirse a lo que se aconseja en las Bases para intervenir sobre políticas públicas de apoyo a determinadas inmigraciones y desconfianza de las poblaciones nativas preexistentes. El progreso de la Nación supone para Alberdi establecer un sujeto argentino que sea producto de favorecer el modelo del "obrero inglés" en detrimento del indio, el gaucho, el roto.A partir de las lecturas leídas en  las reuniones de investigación, nos proponemos hacer un resumen, centrándonos especialmente en los capítulos  XIV y XV de las Bases. Ambos capítulos nos muestran un Alberdi obsesionado por la población europea,  por la implantación de sus hábitos que él considera "civilizados", y  por un fuerte desprecio hacia los pueblos originarios, considerados como salvajes o "seres descalificables". Alberdi no confía en el nativo, cree que nuestro territorio- que es un desierto-tiene que ser poblado por inmigrantes anglosajones. Cree que la inmigración ha de provenir de los países civilizados europeos, especialmente Inglaterra: "En América todo lo que no es europeo es bárbaro; no hay más división que ésta: 1°, el indígena, es decir, el salvaje; 2°, el europeo, es decir, nosotros, los que hemos nacido en América y hablamos Español, los que creemos en Jesucristo y no en Pillán (dios de los indígenas)". La oposición europeo/nativo, traducida en civilización/barbarie es un tema recurrente en la Bases y, abarca gran parte de la obra.El indio, el gaucho, el roto, no son más que "nuestras masas populares" y, no creen en Jesucristo, creen en Pillán; no hablan inglés ni francés, hablan pehuenche, la lengua nativa. Dice Alberdi: "El indígena no hace justicia; nos llama españoles hasta el día. No conozco persona distinguida de nuestra sociedad que lleve apellido pehuenche o araucano. El idioma que hablamos es de Europa". Alberdi desprecia todo lo que no proviene de Europa, todo lo que es nativo y, este descrédito se traslada hasta los negros y los chinos: "Pero poblar no es civilizar, sino embrutecer, cuando se puebla con chinos y con indios de Asia y con negros de África".En el cap. XV- uno de los más polémicos de las Bases-, Alberdi traza un plan de inmigración, una taxonomía de las razas, de los pueblos. Se pregunta de qué manera vendrán en lo sucesivo el espíritu vivificador de la civilización europea a nuestro suelo y, contesta lo siguiente: "Europa traerá su espíritu nuevo, sus hábitos, sus prácticas de civilización, en las inmigraciones que nos envíe", y más adelante añade una de las frases más conocidas de las Bases: "¿Queremos plantar y aclimatar en América la libertad inglesa, la cultura francesa, la laboriosidad del hombre de Europa y de Estados Unidos? Traigamos pedazos vivos de ellos en las costumbres de sus habitantes y radiquémosla aquí". Alberdi piensa que la superioridad del inglés o del europeo nórdico en general sobre el hispanoamericano o el español deriva de la experiencia histórico-cultural. Su posición puede considerarse como un racismo encubierto, como una raciología. Para Alberdi es civilizado todo lo que proviene de Europa, especialmente el anglosajón,  que "es el más perfecto de todos los hombres", y además "está identificada al vapor, al comercio, a la libertad, y no será imposible radicar estas cosas entre nosotros sin la cooperación activa de esa raza de progreso y civilización….La libertad es una máquina que, como el vapor, requiere maquinistas ingleses de origen. Sin la cooperación de esa raza es imposible aclimatar la libertad en parte alguna de la tierra".  Alberdi siente una fascinación tan grande por lo que él considera lo que es la civilización, que  se termina considerando el mismo como un europeo: "(…) América, no tiene dominio ni señorío. Nosotros europeos de raza y civilización, somos los dueños de América". Como podemos observar, el hombre, para él, es producto del medio y de la historia. La civilización da hombres libres e industriosos. El desierto, contrapartida de la civilización, los produce ociosos e incompetentes. Alberdi es deudor del pensamiento económico- político del siglo XVIII. La población es tomada en cuenta y estudiada por métodos que permiten su conocimiento en términos de estadística, en términos de procesos que tienden a descubrir pautas de comportamientos, hábitos, sus recursos y sus condiciones de vida.

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Palabras claves: 

Alberdi

Derivas contemporáneas

Biopolítica

Sarmiento

racismo

mestizaje